Carta abierta del Gobernador a los mendocinos y mendocinas

Rodolfo Suarez apela a la conciencia social de los ciudadanos y reitera una vez más el concepto de aislamiento voluntario como principio de responsabilidad y de solidaridad para los demás. El mandatario pide salir de casa solamente para lo imprescindible.

Carta a las mendocinas y mendocinos:

Gobernar una provincia como Mendoza es, a la vez, un grandísimo honor y una enorme responsabilidad. Una responsabilidad que hoy se ve potenciada por el flagelo que vive la humanidad, que no tiene precedentes: es la primera vez en nuestra historia como seres humanos que nos enfrentamos a un enemigo en común que no reconoce ninguna frontera y que nos enfrenta a una situación de vulnerabilidad que nos iguala.
En el ámbito público, tomar decisiones siempre es más difícil que seguir órdenes. Mucho más en estos tiempos, cuando todo es más complejo, ya que hay incertidumbre en la ciencia, en la economía, en las perspectivas de desarrollo social.

Desde que me incorporé a la política, siempre he hablado de la importancia del proceso de toma de decisiones. Ante cada medida que tomamos –en cualquier aspecto– no solo hay otra que no tomamos, sino muchas que dejamos de tomar, porque en la decisión de las políticas públicas, como en la vida misma, nada es negro o blanco sino que siempre hay matices.

El proceso es lo importante. Es decir, el modo en que llegamos a tomar cada decisión. Cuando era Intendente de la Ciudad de Mendoza, incorporamos a la gestión el concepto de Gobernanza, que implica transparencia y apertura de la información, escucha activa y permanente de los vecinos y vecinas, planificación estratégica y creación de capital social, que apunta a conseguir una ciudadanía crítica y empoderada.

Con estos criterios asimilados por el equipo que me acompaña, y con el apoyo de la ciudadanía mediante, llegué a la gobernación convencido de que esa es la única manera de que el proceso de toma de decisiones sea legítimo, empático y honesto intelectualmente. Naturalmente, hoy estos procesos se dificultan. Los motivos son por demás elocuentes. Hay que decidir sobre la urgencia, enfrentar problemas totalmente nuevos o encarar situaciones desconocidas, entre tantas atipicidades que presentan estos tiempos.

Sin embargo, continuamos teniendo la misma voluntad de dotar con la más alta calidad al proceso de toma de decisiones: con datos estadísticos, con el aporte del entorno científico, con la opinión de los funcionarios especialistas en cada área, con la consulta y el respeto por la opinión del conjunto de intendentes, entre otros. Pero, fundamentalmente, siendo conscientes de que las decisiones que tomamos tienen la enorme particularidad de que influyen directamente en la vida de cada uno de ustedes. Por eso, cada vez que vamos a tomar alguna medida, nos representamos la vida de una familia mendocina del Sur, del Valle de Uco, del Este o del Gran Mendoza.

Imaginamos que uno de los miembros tiene la suerte de continuar cobrando un sueldo a fin de mes porque trabaja en el Estado, otro está estudiando de forma virtual, otro se quedó sin trabajo porque cerró el lugar en el que trabajaba, otro está infectado o tiene altas posibilidades de contagiarse de coronavirus y, por supuesto, siente miedo. A esta familia: ¿se le puede pedir que elija entre la falsa antinomia salud o economía? Por supuesto que no. Esa opción es imposible e irreal.

Por eso, porque siempre pensamos que la vida colectiva es como la vida familiar, desde el Gobierno provincial descreemos profundamente de esta falsa disyuntiva y trabajamos cada día para enfrentar esta situación, tan inédita como dolorosa, de forma integral. Ni más ni menos que como lo hacen ustedes en su vida familiar cotidiana.

Cada uno tiene que hacer su parte, pero hay un lugar en el que el Estado, a pesar de todas las acciones sanitarias, económicas, sociales, culturales o financieras, no puede intervenir: la esfera de la responsabilidad individual, que hoy, como nunca, también es colectiva.

Todos los especialistas en el mundo acentúan la necesidad de cumplir con aspectos tan elementales como lavarse las manos, mantener el distanciamiento, salir lo necesario, usar el cubreboca, cumplir con los protocolos y con la Ley. Nunca en la historia de la humanidad ha ocurrido que a algo tan poderoso, tan inédito y difícil como esta pandemia se lo pueda enfrentar con conductas tan sencillas que, además, están a nuestro alcance cotidiano. Por eso es importante tomar conciencia. Porque si cada uno hace bien su parte, el resultado va a ser mejor, sabiendo que en esta etapa, para cuidar nuestra vida y nuestro empleo, la responsabilidad social es fundamental. Estamos aprendiendo a convivir con el virus porque no hay otra alternativa más realista. Lo demás, por ahora, es intentar tapar el sol con un dedo.

Por eso apelamos al aislamiento voluntario, como principio de responsabilidad y de solidaridad con los adultos mayores, que muestran ser el grupo de mayor riesgo, y con las personas más vulnerables sanitaria y económicamente, aquellos que no pueden dejar de salir a trabajar para llegar a cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias. Pero también mostrar solidaridad con los trabajadores esenciales, cuya responsabilidad es ocuparse de nosotros, como nuestros médicos, enfermeros, policías, docentes, etc.

Desde el Estado provincial seguimos pensando día a día las mejores políticas públicas para que haya menos enfermos, menos muertos, menos empresas cerradas. Estamos reduciendo los gastos a lo indispensable para que los servicios fundamentales no se resientan, haciendo las reformas necesarias para ahorrar y bajar costos que nos permitan contar con los fondos necesarios para estimular el empleo, para reducir su caída, para posibilitar que quien lo perdió lo recupere. Esta es la obsesión que me hizo estar en este lugar, cuando era imposible imaginar lo que estamos viviendo: hacer todo lo que esté a mi alcance para que el empleo, y la dignidad que lleva consigo, esté al alcance de la gran mayoría de mendocinas y mendocinos.

Este momento va a pasar y ya nada será igual. De nosotros depende que la lección aprendida sea positiva y nos ayude a ser mejores personas.

El aislamiento voluntario es simple, se trata de salir a la calle solamente si es imprescindible. Es un gesto responsable y solidario que le pedimos a la ciudadanía para que el buen sistema sanitario que tiene Mendoza pueda seguir respondiendo eficazmente y, fundamentalmente, una oportunidad para demostrar que, sin necesidad de que nadie nos obligue, podemos dar la mejor versión de nosotros mismos, cuidando simultáneamente la salud, el empleo y el ingreso de los más vulnerables, en un marco económico de extrema fragilidad que todos reconocemos.

Como Gobernador, me siento con la responsabilidad y la confianza suficientes para conducir este proceso, que me compromete de forma institucional pero sobre todo como ser humano, sabiendo que no sería posible afrontarlo de la mejor manera sin la ayuda y el compromiso, tal como ha sido hasta ahora, de todos los que vivimos en nuestra amada tierra mendocina.

Muchas gracias.

Rodolfo Suarez

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