Resultados de la investigación nutricional “Mis Hábitos en Pandemia”

Las Licenciadas en nutrición, Betiana Bustos y Anahí Nievas dieron a conocer los resultados de la encuesta de salud alimenticia y actividad.

En el marco del mes de la “Concientización contra la Obesidad”, las profesionales dieron a conocer los resultados obtenidos de la investigación nutricional “Mis hábitos de Pandemia” -que lanzaron de manera particular en el mes de julio-, con la finalidad de conocer los hábitos alimentarios y la actividad física que realizan los malargüinos, especialmente, en esta época de pandemia y aislamiento que vivimos.

Betiana Bustos, informó que la población encuestada estuvo constituida por 450 ciudadanos entre 20 y 70 años de edad, agrupados en cuatro rangos etarios (de 20 a 35 años, 36 a 50 años, 51 a 64 años y 64-70 años) donde un 23% presenta obesidad, siendo la más recurrente de las enfermedades crónicas presentes.

Con respecto al estado nutricional, el estudio reflejó que un 49% nunca concurrió a un profesional en nutrición y un 33% abandono el tratamiento por la pandemia sin seguimiento on line. Esto quiere decir que 8 de cada 10 personas, están sin asesoramiento en alimentación saludable -lo que se ve reflejado en el peso- ya que el 50% aumentó y un 13% no se controla.

Haciendo referencia a la ingesta de alimentos, la licenciada Nievas manifestó que en el estudio se observó un consumo mayoritario de forma ocasional en fiambres, embutidos, snacks, aderezos, caldos, sopas instantáneas y alimentos dulces. Por su parte, el grupo de frutas y verduras era bajo o inadecuado, mientras que el consumo de aceites y grasas resultó superior al consumo de los aceites de maíz, girasol y frituras.

En relación a la incorporación de sal, la mayor parte de la población solo la utiliza en el momento de la preparación de los alimentos y no la incorpora en el plato servido. Las bebidas que consumen de forma diaria resultó ser el agua e infusiones como té, mate cocido, mate cebado y té de hierbas con respecto a las bebidas azucaradas como gaseosas, jugos comerciales y aguas saborizadas, en donde su consumo es ocasional al igual que las bebidas alcohólicas.

Otro dato que ofrecieron las profesionales fue que la mitad de la población en estudio manifestó elegir diariamente el azúcar como endulzante. En relación a los hidratos de carbono complejos consumen de forma usual -es decir cuatro veces por semana- cereales blancos refinados -un 40% profirió nunca consumir cereales integrales y un 65% incorpora de forma ocasional legumbres en su alimentación-.

“Teniendo en cuenta los porcentajes anteriores según el tipo de alimentos, podemos decir que la calidad alimentaria de la población en estudio es regular” reveló Bustos a lo que agregó que “la cantidad de comidas diarias que realiza la mayor parte de la población en el día son tres, omitiendo una principal, ya que lo esencial en una alimentación saludable es desayuno, almuerzo, merienda y cena. Los hábitos alimentarios dieron como resultado final inadecuados”.

En cuanto a la práctica de ejercicio físico, los resultados evidenciaron que el 38% de los ciudadanos no practicó ejercicios durante el aislamiento social.

Este estudio busca concientizar sobre la calidad alimentaria que tienen los malargüinos y generar una educación nutricional para que toda la población pueda modificar sus hábitos incorrectos en alimentación, movimiento y salud para poder evitar problemáticas a largo plazo.

Como plan de acción del proyecto las Licenciadas realizarán charlas educativas abiertas a la comunidad sobre alimentación adecuada, actividad física, guías alimentarias, etc. -vía Zoom- y cuando sea posible realizarán talleres presenciales. También brindarán asesoramiento a profesionales que se desarrollen en diferentes áreas del municipio como deportes, educación y demás para que reflejen estos conocimientos para con la comunidad.

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