AGRICULTURA MALARGÜINA

Malargüe es el departamento con menos influencia de la actividad agrícola con
respecto del Producto Bruto Geográfico; pero es una zona ideal,
agroecológicamente apta para la producción de “semilla” de papa y ajo, libre de
virus
La agricultura se vio favorecida especialmente después de 1887 en que se le
asigna a la Orteguina la concesión de regadío para diez mil hectáreas con
aguas del Rio Atuel. La actividad productiva comenzó con los remates de
tierras públicas efectuados a partir de 1904, en que algunos terratenientes
decidieron ofrecerlas en arrendamiento o en administración.
Decir que la actividad económica de Malargüe de principios del siglo XX estaba
basada en la agricultura y la ganadería no es un error. Fue el tiempo de
inmensos campos, con sus vegas, pastos naturales y valles envidiables que
hacían de esta tierra un lugar especial para producir.
Eran popularmente conocidas las Estancias El Chacay (antigua La Orteguina),
Llancanelo, Cohihueco, Laguna Blanca entre otras, con superficies que iban
desde las 40.000 a las 410.000 hectáreas. En ellas se cultivaban cereales,
legumbres, bulbos y forrajes (trigo, alfalfa, papa, entre otras); más la erupción
del Volcán Descabezado (1932) llenó de cenizas el sur provincial y condenó a
Malargüe a un futuro agrícola muy sombrío.
En la década del 60, el Poder Ejecutivo Nacional autorizó la venta, a los
ocupantes de tierras fiscales, en un total de 76 hectáreas en parcelas no
mayores a 8. Se la denominaría Cañada Colorada. Esto permitió que esta zona
pudiera empezar a trabajar nuevamente forrajeras (alfalfa, avena y cebada);
remolacha, semilla de papa y forestales.
A principios de los 70, Malargüe fue considerada terreno propicio para el cultivo
de la Amapola (destinada a fines medicinales). Esta amapola de variedad azul
tenía su espacio propicio en Cañada Colorada y La Junta. El proyecto
contemplaba la instalación de una planta de morfina bruta en Malargüe y se
comenzó con 800 hectáreas. Los gobiernos militares fueron poniendo trabas de
todo tipo a este emprendimiento alejando así a los inversores.
El 15 de septiembre de 1983, mediante resolución de la Secretaría de
Agricultura y Ganadería de la Nación, se declaró al departamento de Malargüe
zona apta para la producción de semilla fiscalizada de papa, lo que en la
práctica significaba que de las 500 hectáreas que estaban en producción, se
podía llegar a 30.000 si se contaba con la infraestructura correspondiente.
Diez años mas tarde se inauguró el Centro de Análisis y Estudios de Papa
Semilla “Dr. Mendiburu” destinado a efectuar análisis de virus y otros
patógenos de la papa. Gracias a las características climatológicas y a la no
presencia de plagas y enfermedades se obtiene una semilla de alta sanidad
capaz de competir con cualquier semilla del mundo

En 1997, los productores de papa se animaron y sembraron 100 hectáreas de
ajo colorado, cultivo que fue creciendo y mejorando con el paso del tiempo
gracias a tecnología, condiciones agroclimáticas buenas y semillas de muy
buena calidad.
Desde hace unos años, una emprendedora (Ana del Sol Anconetani)  demostró
que era posible cultivar frambuesas, cassis y zarzamora, frutos típicos de
la Región Patagónica. La finca está ubicada en la Colonia Pehuenche

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