Recomendaciones previas para salir a caminar en la montaña

 

La montaña es un ambiente agreste, siempre, pero a veces más que otras. En algunos lugares ocurre que hay senderos marcados por donde andar la cantidad de kilómetros que dure el trekking, esos senderos tienen indicaciones sobre la dificultad, la duración, y la dirección del camino.

 

 

En otros lugares, ocurre que los pobladores te cuentan que hay una cascada a unos kilómetros de ahí y que se llega yendo un poco al oeste, después se cruza un arroyo y se cambia hacia el sur, y pasando un corral de cabras se trepa un árbol que te deja dirección norte justo a 4 piedras de donde tenes que bajar al río para agarrar un cañadón, otras veces no hay sendero ni indicaciones precisas.

 

Conceptos básicos para afrontar paseos en caminos de altura con disfrute y sin padecimiento:

 

  • Es importante ir con:
  • Calzado adecuado para montaña (no sirven las zapatillas sin suelas de agarre),
  • Abrigo por si cambia la temperatura (que seguro cambia),
  • Bolsa para juntar tus residuos (y los ajenos si te copas con la naturaleza),
  • Sombrero para cubrirse del sol y protector solar (sí, aunque esté un poco nublado),
  • agua suficiente para hidratarte durante todo el recorrido (mínimo 1 litro por persona).
  • Linterna
  • Botiquín de primeros auxilios: alcohol, merthiolate pervinox (acción antiséptica y antifúngica), venda, gasa, cinta, diclofenac (golpes), paracetamol (fiebre y dolor de cabeza), dexametasona (broncoespasmo), caramelos dulces por si te baja el azúcar (cualquiera de los del kiosko), tijera, una pinza pequeña, una aguja y tu medicación personal (en caso de tener una).

 

 

  • No salgas sin compañía a explorar un camino en la montaña que no está marcado. En la montaña se está expuesto a una multiplicidad de situaciones que pueden lastimarte, incluso la misma altura, y es importante que siempre haya alguien más para socorrerte o ir a buscar ayuda en caso de necesitarla.

 

 

  • Investiga el camino. Es importante también que sepas a qué tenés que prepararte.

 

 

La cabeza suele ser el mayor enemigo en estos caminos, y anticiparse a las necesidades que pueden surgir en tu trayecto en particular va a ayudar mucho a que puedas relajar las preocupaciones y te concentres en el esfuerzo.

  • Chequea las condiciones del clima. Este punto es importantísimo dado que una lluvia, nevada, o crecida de río es muy habitual en la montaña y puede complicarte mucho las cosas si estás por un camino que no está señalizado (y también, aunque estés en uno que sí está marcado).

 

 

  • Agéndate el teléfono de defensa civil, bomberos, o la policía. En caso de que algo se complique y tengas señal, tenés que tener a mano el teléfono de alguien competente que pueda ir a buscarte.
  • Avisa a alguien de confianza a dónde y con quién vas a ir a explorar. es aconsejable que una persona de tu entorno siempre sepa a dónde vas a explorar.

 

 

  • anda con paciencia y no te confíes. La gracia de avanzar en la montaña es llegar y superarse, y la velocidad es enemiga de dar pasos seguros. Cualquier piedra puede estar floja, muchas cornisas se pueden desgranar, y es muy probable que tus músculos no quieran más en más de una ocasión. Paciencia, pasos cortos, y destino firme.

 

 

  • La altura: a cuántos metros sobre el nivel del mar vas a estar. En alturas superiores a los 2.000 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.) es probable que algunos organismos sientan apunamiento (o el mal de altura). Lo que provoca malestar físico es a la falta de oxígeno. A una altura de 3.600 m.s.n.m. la cantidad de oxígeno en una misma bocanada de aire es un 40% menor que al nivel del mar, y eso produce mareos, dolores de cabeza, vómitos. El apunamiento se evita aclimatándose con un mínimo de 48 horas, comiendo liviano, hidratándose mucho, y consumiendo hojas de coca.

 

 

  • El desnivel positivo: son los metros que vas a subir. Cuando una ruta te marca 500 metros de desnivel positivo quiere decir que, desde la altura en la que inicia en trekking, vas a tener que subir caminando 500 metros. Esto puede ser poco o mucho, dependiendo de a qué altura lo empieces. Como te mencioné en el punto anterior, por debajo de los 2.000 metros la cantidad de oxígeno está bien y esos 500 metros pueden ser fáciles de subir; pero si estás por encima de los 4.000 m.s.n.m., 500 metros de subida pueden resultar una barbaridad.

 

  • El desnivel negativo: son los metros que vas a bajar. Y acá lo que más tenés que tener en cuenta es la resistencia de tus piernas para soportar el peso de tu cuerpo en bajada. Por supuesto que la altura también influye, pero en este caso la fuerza de las piernas y el agarre de las suelas de tu calzado hacen casi todo el trabajo. Se recomienda bajar montañas empinadas de costado.

 

 

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